jueves, 20 de marzo de 2014

Vida y retratos de trovadores. Guilhem de Peitieu.

"Las poesías cultas que desde la primera mitad del siglo XII se compusieron en lengua provenzal (por algunos llamada occitano) fueron divulgadas, siempre con su melodía adecuada, por medio del canto de los juglares que recorrían las numerosas y florecientes cortes señoriales del mediodía de las Galias, de Cataluña y del norte de Italia. Esta literatura era en gran proporción amorosa, modalidad que tenía como vehículo la 'canción' (chansó o cansó); mientras que la poesía de tipo histórico o satírico constituía un amplio género llamado sirventés. El autor de estas composiciones era el 'trovador' (trobador), que nunca fue designado con el nombre de 'poeta', ni se dio el de 'poesías' a sus producciones; y quién las divulgaba era el 'juglar' (joglar), auténtico profesional del canto recitado ante el público. 

Este procedimiento de transmisión oral, de la voz del ejecutante a los oídos del receptor, suponía, como es natural, que esta poesía viviera efímeramente y limitada al recorrido que hacía el juglar y a los pocos capaces de recordarla de memoria. Se hizo imprescindible poner por escrito las composiciones de los trovadores para su conservación fija y para que los interesados por esta literatura, desde los mismos trovadores y juglares hasta los escritores de todo género, amantes de las letras, aficionados e incluso bibliófilos, tuvieran cómodamente a su alcance las canciones, sirventeses y coplas de los trovadores más famosos y conocidos. Y así surgieron los cancioneros, manuscritos por lo general en buen pergamino, bien calificados, a veces ricamente ornados e ilustrados con miniaturas, en los que se transcribía el texto de poesías de trovadores, en ocasiones también con la notación musical. Gracias a estos cancioneros de los que se conserva casi un centenar, hoy conocemos el texto de las 2.542 composiciones poéticas que constituyen la literatura provenzal trovadoresca.  
Los cancioneros más antiguos son de la segunda mitad del XIII, y entre los pocos que van fechados por su compilador recordemos el D de Módena, acabado en 1245 en Italia, y el V de Venecia, acabado en 1268 en Cataluña (...)
Los compiladores de algunos de los más antiguos cancioneros se esforzaron en realizar una labor perfecta y completa: textos en letra muy clara y grafía en cierto modo regularizada, pentagramas de las poesías de cuya melodía disponían, miniaturas con los 'retratos' de los trovadores en la capital que inicia la producción de algunos de ellos y, finalmente, unos textos en prosa con la biografía del poeta y la explicación de las circunstancias y motivos que suponía que le habían inducido a componer determinada poesía. Ello exige, en varios cancioneros, la paralela colaboración de calígrafos, técnicos musicales, ilustradores y artistas que trabajaban a las órdenes del compilador (...)
Mucho se ha discutido sobre el valor de Vidas y razós como documento histórico (...) lo más prudente es dar confianza a los datos generales que ofrecen sobre los trovadores (lugar de nacimiento u origen, condición social, formación juvenil, participación en acontecimientos de su tiempo), noticias que los biógrafos pudieron recoger en tierras donde moraron y actuaron unos poetas que vivieron unos decenios antes o de los que eran contemporáneos (...)
Hombres evidentemente de cierta cultura, con un domino de la narración biográfica adquirido en las tan divulgadas vidas de santos y de autores latinos clásicos, los autores de nuestras Vidas y razós han dado a la literatura trovadoresca una riquísima información que llena de contenido personal e individualizador la fisionomía de los trovadores, lo que no ocurre en ninguna otra zona de las letras medievales, en las que tanto abundan las figuras sin perfil biográfico contemporáneo. ¡Qué daríamos por tener una breve biografía coetánea de Chrétien de Troyes o del Arcipreste de Hita!
En una prosa clarísima, rectilínea, sin adornos retóricos ni exhibicionismo literario, con los adverbios y adjetivos precisos e imprescindibles, aunque repetidos hasta la saciedad, y con constantes reiteraciones del sujeto para obviar la más remota posibilidad de malentendidos, la prosa de Vida y razós es uniforme, como si todas la hubiese escrito la misma pluma (con excepción de los textos 163, 170 y 173, de elaboración muy distinta). Constituyen un documento de prosa narrativa que sólo reproduce lo esencial y necesario con singular diafanidad y escueta eficacia, pero siempre con absoluta corrección gramatical y un léxico intencionado e inequívoco (...)
Vidas y razós inauguran la narrativa breve románica, y al influir sobre el 'Novellino' y tangencialmente sobre el  'Decameron' ocupan un lugar primordial en la historia de la novela moderna.

Guilhem de Peitieu, VII conde Poitiers y IX duque de Aquitania, nacido en 1071 y muerto en 1126, es el más antiguo trovador de obra conservada, que consta de 11 poesías.
El conde Peitieu fue uno de los hombres más corteses del mundo y uno de los mayores burladores de damas, y buen caballero en armas y liberal en el cortejar; y supo trovar y cantar bien. Y anduvo mucho tiempo por el mundo para engañar a las damas. Y tuvo un hijo que tomó por esposa a la duquesa de Normandía, de la que tuvo una hija que fue esposa del rey Enrique de Inglaterra, madre del Joven Rey, Ricardo y del conde Jaufré de Bretaña." 

'VIDAS Y RETRATOS DE TROVADORES' Martín de Riquer i Morera (1914-2013). 
              

1 comentario:

  1. A cerca de los 'retratos' Martín de Riquer dice: "A pesar de la belleza de algunas de estas miniaturas, en conjunto distan mucho de alcanzar la perfección de las que admiramos en los manuscritos de las Cantigas de Alfonso X el Sabio o en los retratos de Minnesänger del códice Manesse."

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