sábado, 3 de noviembre de 2012

'DE AQUELLOS QUE DEJAN HUELLA'



Mínima reseña sobre Agustín García Calvo. Pintura, 'Muerte de Sócrates', por Jacques-Louis David (1748-1825). 

"Qué color cuando se van los colores/ qué amor cuando se van los amores" I Escudero. 

Gracias Agustín 
donde estés por una vida intelectualmente tan fructífera: por tus indagaciones en el estudio del lenguaje; por tus traducciones de los clásicos griegos y latinos (Homero, Hesíodo, Safo, Aristófanes, Sófocles, Horacio, Catulo, entre otros); por tu lectura de los presocráticos; por acercarnos al español voces como las de Shakespeare, el Marqués de Sade, Giuseppe- Gioachino Belli, George Brassens; por tu magna edición crítica del 'Rerum Natura' de Lucrecio; por tu edición crítica y versión del 'Sermón de Glosas de Sabios' de Sem Tob; , por tu poesía, en fin, nos agotaríamos antes de acabar de enumerar la dilatada y rigurosa obra del Maestro como le llamaban sus alumnos y allegados. 
Agustín García Calvo apareció en mi vida a través de la música de Amancio Prada y luego a través de un programa de Radio 3 llamado 'Pensamiento tres' que llevaba Xavier Bermúdez allá por los años 80. La lectura de su obra me acompañó, en el océano de soledad en el que me encontraba entonces, y me sigue acompañando, me ha enseñado a tener un pensamiento crítico, me ha emocionado, me ha hecho ver con claridad que razón y corazón son una misma cosa, tantas y tantas cosas... Se nos ha ido de forma poética, en el otoño, una de las estaciones más líricas del año, con la caída de la hoja, y de una enfermedad también poética, le falló el corazón, a él, cuya vida intelectual fue un continuo florecer, jamás he visto una vejez tan florida como la suya. Con a penas un hilo de voz, todavía concedía entrevistas y el día 21 de octubre recitaba un soneto teológico con Ester Belver. Ars longa, vita brevis.

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