jueves, 16 de febrero de 2012

Franz Schubert-Quintet in C Major op. 163, D. 956

2 comentarios:

  1. La música habla por sí sola no necesita de la palabra, aunque la voz humana sea, quizá, el instrumento más perfecto. Un poco de culturilla no viene mal.
    Extracto de un texto publicado en la red por Julio Salvador Belda Vaguer refiriéndose a la grabación de esta obra que se editó en 1953 por la Orquesta del Festival de Prades:
    "La 5ª sinfonía de Schubert, fue completada en octubre de 1816 y estrenada en Viena el 17 de octubre de 1841 trece años después de la muerte de Schubert y con la dirección de Michael Leitermeyer. La obra es un prodigio de inspiración melódica, de belleza sonora, de musicalidad, de sentimiento puro. Obra de una luminosidad extraordinaria, presenta unos juegos maravillosos entre cuerdas, maderas y vientos; un carácter melódico fantástico sin rozar nunca lo cursi, a veces con matices melancólicos bellísimos y un ritmo arrebatadoramente bello, lúdico y alegre en la globalidad. Una preciosa y maravillosa obra que en manos de los excepcionales músicos de Prades toma un valor y alcanza una belleza sin par. En ello influye de manera notable el grupo de intérpretes que rodean a Pau Casals en la interpretación. Un maravilloso y excepcional y joven Stern, admirador de Pau y con una devoción por el maestro sin par, logra una belleza tímbrica y sonora estupenda. Schneider, verdadera "alma mater" de todo el proyecto Prades así como Puerto Rico y Marlboro fue según palabras del propio Casals (y qué palabras más bellas) "..quien ha tenido piedad de mi silencio". Su conjunción con Stern es increíble y su juego musical una maravilla. Katims, viola solista, viola de la NBC Orquesta de Toscanini y del Cuarteto Budapest, ofrece una aportación sonora y sentimental soberbia y fue también uno de los habituales de Prades y Puerto Rico. Y finalmente Tortelier, uno de los chelistas con más sensualidad y de una sonoridad de lo más bella que exista, se muestra como la pareja perfecta del maestro Casals. El sonido conjunto de ambos es increíble. En definitiva una obra de cámara maravillosa y de un placer sin par para escuchar con cariño, amor y corazón. Un ejemplo excepcionalmente bello de la unión de músicos por "amor al arte" y por amor a la figura de una persona buena, de un gran músico y de una mejor alma: Pau Casals".

    A propósito de Paul Tortelier, la profesora Laura Borrás, en sus conferencias sobre los clásicos, nos puso un 'tube' de una lección magistral que Tortelier ofreció a un grupo de alumnos sobre el Preludio del clave bien temperado de Bach que era también una delicia.

    "Nada como la música para crear una complicidad indestructible entre dos seres. Una pasión es perecedera, se degrada como todo lo que participa de la vida, mientras que la música es de una esencia superior a la vida y, por supuesto, a la muerte" (E. M. Cioran, 1982).

    La palabra, la vida, por fuerza, lo inmanente frente a la música, lo trascendente.

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  2. Hay otra versión incluso más impresionante de este quinteto para cuerdas de Franz Schubert. Es la interpretación, también registrada en directo en Prada por Pau Casals junto con el Cuarteto Végh el año 1961.

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