És un fragment que m'agrada molt perquè, segons la meva interpretació, expressa la lluita interna que hom te i com aquesta no és volguda per Déu ja que Ell vol la integritat de la persona malgrat aquesta.
¡Ojalá Dios nos pudiera ayudar a defendernos contra nosotros mismos! En cualquier caso, la guerra primera siempre es contra uno mismo. Por eso que dicen que no estamos bien hechos del todo y que la realidad nos constituye, pero nunca totalmente. Lo que me llama la atención es que Guevara (1480-1545), al que no he leído pero del que tengo un cierto perfil gracias a una conferencia, escuchada muchas veces, de García Gual 'Precursores de Montaigne', donde explica que aparece citado tres veces en sus 'Ensayos', pudiera tener esa guerra contra si mismo. Según García Gual, Guevara fue un autor renacentista pintoresco. Fue franciscano, viajó por Italia y se integró en la Corte del Emperador Carlos sin llegar a saberse hasta que punto fue influyente. Se le concedieron dos obispados pobres,(Guadix y Mondoñedo) que parece que nunca ocupó. Se titulaba así mismo como 'cronista y teólogo', le gustaba gozar del éxito era vanidoso, tolerante, gran citador de los antiguos (inventado, a veces, citas y autores), verboso y hacía alarde de erudición siempre que podía. También parece que fue de los primeros que hizo una crítica más o menos velada a la conquista de América en su discurso del 'Bárbaro del Danubio' incluido en su 'Marco Aurelio'. Cervantes cita a Guevara de forma irónica en el prólogo de la I parte del Quijote diciendo: "si queréis hablar de cortesanas aquí tenéis al obispo de Mondoñedo". Guevara fue un autor de éxito en su tiempo, pues su 'Libro áureo de Marco Aurelio' fue editado 40 veces en España y unas 60 en Europa y sus 'Epístolas familiares' también tuvieron mucho eco. Escribió además 'Menosprecio de corte y alabanza de aldea'. Siguiendo a García Gual en España decayó su moda por su cualidad de farsante, en la época se decía: " dice más mentiras que el obispo de Mondoñedo". Hoy parece que casi nadie lee a Fray Antonio de Guevara. Si Montaigne lo leía habrá que leerlo.
pues yo que querais que os diga, a mi que no me salve nadie de mis guerras, !que sería de la humanidad sin nuestras luchas internas!, bienvenidas nuestras contradicciones, sería más facil trazar una línes recta y no salirnos de ella, pensar desde el amanecer al anochecer lo mismo o lo que los demñás esperan o lo coherente. Yo prefiero sufrir, equivocarme, insultarme, pero eso es estar vivo, por favor que nadie se empeñe en devolverme la paz... Soy Francisca y de momento no puedo escribir en el blog, aunque Brauli ya me ha mandado las instrucciones para poder hacerlo,. Y aqui os mando otra frase para la reflexión, me la ha facilitado mi hermano "Intelijencia, dime el nombre exacto de las cosas". Juan Ramón Jiménez. Un beso y hasta pronto.
Así es Francisca, sin nuestras contradicciones y guerras internas seríamos máquinas bastante desagradables, por cierto, y el poder habría logrado con nosotros su triunfo perfecto. Pero no es así y nos contradecimos porque, como he dicho más arriba, no estamos bien hechos del todo. La línea recta es una mera abstracción matemática que sólo funciona como tal abstracción. Somos demasiado complejos para responder únicamente a un esquema dado. Y eso que llaman 'la coherencia y lo que los demás esperan' es simplemente el cumplimiento de la norma que se nos exige y nada más. Yo no me atrevo a cuestionar permanentemente la norma, pero sí cuestiono su cumplimiento permanente. Con respecto al poema de Juan Ramón, pregunto ¿qué relación hay entre inteligencia y lenguaje? Sin lenguaje no hay posibilidad de razonamiento. Las cosas se construyen con el lenguaje. Fuera del lenguaje no hay realidad. ¿Hay algo fuera de la realidad? ¿La realidad es todo lo que hay?
És un fragment que m'agrada molt perquè, segons la meva interpretació, expressa la lluita interna que hom te i com aquesta no és volguda per Déu ja que Ell vol la integritat de la persona malgrat aquesta.
ResponderEliminar¡Ojalá Dios nos pudiera ayudar a defendernos contra nosotros mismos! En cualquier caso, la guerra primera siempre es contra uno mismo. Por eso que dicen que no estamos bien hechos del todo y que la realidad nos constituye, pero nunca totalmente. Lo que me llama la atención es que Guevara (1480-1545), al que no he leído pero del que tengo un cierto perfil gracias a una conferencia, escuchada muchas veces, de García Gual 'Precursores de Montaigne', donde explica que aparece citado tres veces en sus 'Ensayos', pudiera tener esa guerra contra si mismo. Según García Gual, Guevara fue un autor renacentista pintoresco. Fue franciscano, viajó por Italia y se integró en la Corte del Emperador Carlos sin llegar a saberse hasta que punto fue influyente. Se le concedieron dos obispados pobres,(Guadix y Mondoñedo) que parece que nunca ocupó. Se titulaba así mismo como 'cronista y teólogo', le gustaba gozar del éxito era vanidoso, tolerante, gran citador de los antiguos (inventado, a veces, citas y autores), verboso y hacía alarde de erudición siempre que podía. También parece que fue de los primeros que hizo una crítica más o menos velada a la conquista de América en su discurso del 'Bárbaro del Danubio' incluido en su 'Marco Aurelio'. Cervantes cita a Guevara de forma irónica en el prólogo de la I parte del Quijote diciendo: "si queréis hablar de cortesanas aquí tenéis al obispo de Mondoñedo". Guevara fue un autor de éxito en su tiempo, pues su 'Libro áureo de Marco Aurelio' fue editado 40 veces en España y unas 60 en Europa y sus 'Epístolas familiares' también tuvieron mucho eco. Escribió además 'Menosprecio de corte y alabanza de aldea'. Siguiendo a García Gual en España decayó su moda por su cualidad de farsante, en la época se decía: " dice más mentiras que el obispo de Mondoñedo". Hoy parece que casi nadie lee a Fray Antonio de Guevara. Si Montaigne lo leía habrá que leerlo.
ResponderEliminarSalud.
pues yo que querais que os diga, a mi que no me salve nadie de mis guerras, !que sería de la humanidad sin nuestras luchas internas!, bienvenidas nuestras contradicciones, sería más facil trazar una línes recta y no salirnos de ella, pensar desde el amanecer al anochecer lo mismo o lo que los demñás esperan o lo coherente. Yo prefiero sufrir, equivocarme, insultarme, pero eso es estar vivo, por favor que nadie se empeñe en devolverme la paz... Soy Francisca y de momento no puedo escribir en el blog, aunque Brauli ya me ha mandado las instrucciones para poder hacerlo,. Y aqui os mando otra frase para la reflexión, me la ha facilitado mi hermano "Intelijencia, dime el nombre exacto de las cosas". Juan Ramón Jiménez. Un beso y hasta pronto.
ResponderEliminarAsí es Francisca, sin nuestras contradicciones y guerras internas seríamos máquinas bastante desagradables, por cierto, y el poder habría logrado con nosotros su triunfo perfecto. Pero no es así y nos contradecimos porque, como he dicho más arriba, no estamos bien hechos del todo. La línea recta es una mera abstracción matemática que sólo funciona como tal abstracción. Somos demasiado complejos para responder únicamente a un esquema dado. Y eso que llaman 'la coherencia y lo que los demás esperan' es simplemente el cumplimiento de la norma que se nos exige y nada más. Yo no me atrevo a cuestionar permanentemente la norma, pero sí cuestiono su cumplimiento permanente. Con respecto al poema de Juan Ramón, pregunto ¿qué relación hay entre inteligencia y lenguaje? Sin lenguaje no hay posibilidad de razonamiento. Las cosas se construyen con el lenguaje. Fuera del lenguaje no hay realidad. ¿Hay algo fuera de la realidad? ¿La realidad es todo lo que hay?
ResponderEliminarSalud.